El fallecimiento de una persona obliga a sus herederos a realizar una serie de trámites oficiales relacionados con los testamentos y herencias susceptibles de una traducción jurada. Para presentar en España documentos emitidos en un idioma que no sea el español, ya sea por ejemplo porque el fallecimiento se ha producido en el extranjero, hará falta una traducción oficial de los mismos. También será necesaria para los casos en que estos trámites deban ser realizados en el extranjero.